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Bromuro de Vecuronio: Un Pilar en la Medicina de Urgencias

    


Bromuro de Vecuronio: Un Pilar en la Medicina de Urgencias


Introducción del Medicamento

El bromuro de vecuronio, comúnmente conocido por nombres comerciales como Norcuron, es un relajante muscular no despolarizante de acción intermedia, fundamental en la práctica de la medicina de urgencias. Perteneciente a la clase de los bloqueadores neuromusculares (BNM) competitivos, el vecuronio es un análogo esteroideo del pancuronio, diseñado para ofrecer un perfil farmacológico más favorable, caracterizado por una menor incidencia de efectos cardiovasculares y una duración de acción intermedia que lo hace invaluable en situaciones críticas donde se requiere una rápida y controlada parálisis muscular. Su rol es crítico en escenarios de emergencia donde la intubación orotraqueal (IOT) rápida y segura es imperativa, como en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda, traumatismos graves, o durante la reanimación cardiopulmonar (RCP) avanzada. La capacidad del vecuronio para facilitar la intubación sin causar fluctuaciones significativas en la hemodinamia lo posiciona como una opción preferente en pacientes hemodinámicamente inestables, diferenciándolo de otros BNM despolarizantes como la succinilcolina, que puede inducir hiperpotasemia y arritmias.


Farmacocinética y Farmacodinámica

El vecuronio es un fármaco que, tras su administración intravenosa, exhibe una distribución y eliminación que lo hacen predecible en el entorno de urgencias.

Farmacocinética

  • Absorción: El vecuronio se administra exclusivamente por vía intravenosa (IV), dado que su absorción oral es insignificante. Tras la inyección, alcanza su concentración plasmática máxima rápidamente, lo que permite un inicio de acción veloz, esencial en situaciones de emergencia.

  • Distribución: El vevecronio se distribuye ampliamente en los tejidos, con un volumen de distribución en estado estacionario que oscila entre 0.20 y 0.41 L/kg. Presenta una unión a proteínas plasmáticas moderada, aproximadamente del 60-80%, principalmente a la albúmina. Su alta hidrosolubilidad limita su paso a través de las membranas lipídicas, incluyendo la barrera hematoencefálica, lo que explica su falta de efectos sobre el sistema nervioso central.

  • Metabolismo: El vecuronio se metaboliza principalmente en el hígado mediante desacetilación, produciendo varios metabolitos, el más relevante de los cuales es el 3-desacetilvecuronio. Este metabolito posee aproximadamente el 50-80% de la actividad bloqueadora neuromuscular del compuesto original y puede contribuir al efecto clínico, especialmente en pacientes con insuficiencia hepática o renal, o tras infusiones prolongadas. Otros metabolitos tienen una actividad bloqueadora neuromuscular insignificante.

  • Eliminación: La excreción del vecuronio y sus metabolitos ocurre principalmente a través de la bilis (40-70%) y, en menor medida, por vía renal (15-30%). La vida media de eliminación terminal es de aproximadamente 60 a 90 minutos en pacientes con función renal y hepática normal. En pacientes con disfunción hepática, la depuración se reduce significativamente y la vida media de eliminación se prolonga, lo que puede resultar en un efecto prolongado del bloqueo neuromuscular. De manera similar, la insuficiencia renal, aunque en menor grado, también puede prolongar la duración de acción debido a la acumulación de vecuronio y su metabolito activo.

Farmacodinámica

El vecuronio ejerce su efecto a nivel de la unión neuromuscular, el sitio de comunicación entre el nervio motor y la fibra muscular esquelética.

  • Mecanismo de Acción: El vecuronio es un bloqueador neuromuscular no despolarizante de tipo competitivo. Esto significa que compite con la acetilcolina por los sitios de unión en los receptores nicotínicos postsinápticos de la placa motora terminal del músculo esquelético. Al unirse a estos receptores, el vecuronio impide que la acetilcolina se una y desencadene la despolarización de la membrana muscular, lo que resulta en la inhibición de la contracción muscular y, en última instancia, en parálisis flácida. A diferencia de los bloqueadores despolarizantes como la succinilcolina, el vecuronio no activa el receptor de acetilcolina, lo que evita la fase de despolarización inicial y la fasciculación muscular.

  • Receptores Implicados: Los receptores primarios implicados son los receptores nicotínicos de acetilcolina localizados en la placa motora terminal. Estos receptores son canales iónicos operados por ligando que, al ser activados por la acetilcolina, permiten el influjo de iones sodio, lo que genera un potencial de placa terminal y desencadena la contracción muscular. El vecuronio antagoniza selectivamente estos receptores.

  • Inicio y Duración de Acción: El inicio de acción del vecuronio es relativamente rápido, generalmente de 2 a 4 minutos para lograr un bloqueo neuromuscular clínicamente significativo (90-95% de supresión de la respuesta al estímulo). La duración de acción clínica, definida como el tiempo hasta la recuperación del 25% de la altura de la primera respuesta a un tren de cuatro estímulos (TOF), es de aproximadamente 25 a 40 minutos en adultos, dependiendo de la dosis administrada. La recuperación espontánea se produce a medida que el fármaco se redistribuye y metaboliza, aunque puede ser revertido con agentes anticolinesterásicos como la neostigmina o edrofonio, o con un agente de reversión selectivo de BNM como el sugammadex.

  • Efectos Fisiológicos: El vecuronio produce parálisis secuencial de los músculos, comenzando por los músculos pequeños de la cara y los ojos, seguidos por los de las extremidades y el tronco, y finalmente los músculos diafragmáticos y otros músculos respiratorios. Esto se debe a las diferencias en la densidad de receptores y la cinética de ocupación en los diferentes grupos musculares. La parálisis completa incluye la musculatura respiratoria, lo que hace que la ventilación mecánica sea esencial después de su administración. A dosis terapéuticas, el vecuronio carece de efectos significativos sobre el sistema cardiovascular (sin liberación de histamina, sin taquicardia o bradicardia directas) o el sistema nervioso autónomo, lo que lo convierte en una opción segura para pacientes con compromiso hemodinámico.


Indicaciones en Urgencias

El vecuronio es un agente indispensable en el arsenal del médico de urgencias, utilizado principalmente para facilitar procedimientos que requieren inmovilización o abolición de los reflejos protectores de la vía aérea. Las indicaciones específicas en escenarios de urgencias incluyen:

  • Intubación Orotrqueal (IOT) en Secuencia Rápida: Esta es la indicación más frecuente y crítica del vecuronio en urgencias. En pacientes con insuficiencia respiratoria aguda (ej., SDRA, exacerbación de asma/EPOC severa, neumonía grave), traumatismo craneoencefálico (TCE) con escala de coma de Glasgow (GCS) < 8, o cualquier condición que comprometa la vía aérea y la ventilación, el vecuronio se utiliza para lograr una parálisis muscular rápida que facilite la colocación del tubo endotraqueal, minimizando el riesgo de aspiración y trauma. Las guías de soporte vital avanzado, como las de la American Heart Association (AHA) y el Advanced Cardiac Life Support (ACLS), enfatizan la importancia de una intubación rápida y segura en la parada cardiorrespiratoria y otras emergencias críticas (AHA, 2020).

  • Ventilación Mecánica en Pacientes Agitados o con Respiración Asincrónica: En pacientes intubados que presentan agitación severa o asincronía con el ventilador, lo que puede impedir una adecuada oxigenación y ventilación, el vecuronio puede ser utilizado como una infusión continua para mantener la parálisis muscular y optimizar el soporte ventilatorio. Esto es particularmente relevante en el síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) grave, donde la ventilación protectora pulmonar es crucial y puede ser dificultada por la actividad muscular espontánea.

  • Manejo de Convulsiones Refractarias (Status Epilepticus): Aunque no es un tratamiento etiológico para las convulsiones, en casos de estado epiléptico refractario a los anticonvulsivantes de primera y segunda línea, donde las convulsiones son continuas y pueden llevar a rabdomiólisis, hipertermia y daño cerebral isquémico, el vecuronio puede ser empleado para controlar las manifestaciones motoras. Esto permite proteger al paciente de lesiones secundarias y facilita la monitorización electroencefalográfica (EEG) para guiar el tratamiento con sedantes y antiepilépticos, al eliminar el artefacto muscular.

  • Reducción de Luxaciones y Fracturas: En ciertas luxaciones articulares (ej., hombro, cadera) o fracturas con gran desplazamiento muscular que no pueden reducirse con sedación y analgesia solas, el vecuronio puede relajar la musculatura periarticular, facilitando la reducción cerrada.

  • Procedimientos Diagnósticos/Terapéuticos que Requieren Inmovilización Absoluta: En casos de hemorragia gastrointestinal alta activa, donde una endoscopia de urgencia es necesaria y el paciente está agitado o con riesgo de aspiración, o en la necesidad de realizar procedimientos invasivos como la inserción de un tubo de tórax en un paciente combativo, el vecuronio puede asegurar la inmovilización.

  • Control de la Tensión Intracraneal (TIC) en Traumatismo Craneoencefálico Grave: Aunque su uso primario no es para la reducción de la TIC, al facilitar la intubación y la ventilación controlada, el vecuronio ayuda a mantener una normocapnia y evitar la tos o el pujo, que pueden elevar la TIC. Además, al eliminar las contracciones musculares tónicas y clónicas en el contexto de convulsiones, puede contribuir indirectamente a la protección cerebral. Las guías de Advanced Trauma Life Support (ATLS) y las directrices de la Brain Trauma Foundation (2020) resaltan la importancia de asegurar una vía aérea permeable y una ventilación adecuada en el manejo inicial del TCE.

  • Cirugía de Urgencia: Aunque este capítulo se centra en urgencias, es importante mencionar que el vecuronio es un BNM comúnmente utilizado en el quirófano para facilitar la intubación y proporcionar relajación muscular durante diversos procedimientos quirúrgicos.


Dosis y Vías de Administración

La dosificación del vecuronio debe ser individualizada, considerando el peso del paciente, la función renal y hepática, la edad, y el grado de bloqueo neuromuscular deseado. La única vía de administración recomendada es la intravenosa (IV). No se recomienda su administración intramuscular (IM), subcutánea (SC) o intraósea (IO) para este fin, dado que su absorción por estas vías es errática e impredecible, comprometiendo la rapidez y fiabilidad de su acción, crucial en urgencias.

Dosis Estándar en Adultos para Intubación Rápida

  • Dosis de Carga (Intubación): La dosis recomendada para intubación orotraqueal en secuencia rápida en adultos es de 0.08 a 0.1 mg/kg de peso corporal ideal (PCI) administrada en bolo IV. Esta dosis suele producir un bloqueo neuromuscular adecuado para la intubación en 2-4 minutos. Algunos protocolos pueden emplear dosis ligeramente más altas (hasta 0.15 mg/kg) para un inicio de acción más rápido en situaciones de extrema urgencia, aunque esto puede prolongar la duración de la parálisis.

  • Mantenimiento (Infusión Continua): Para el mantenimiento del bloqueo neuromuscular durante la ventilación mecánica prolongada o procedimientos extendidos, el vecuronio puede administrarse en bolos intermitentes de 0.01 a 0.015 mg/kg IV cada 25-40 minutos, o mediante una infusión continua a una velocidad de 0.8 a 1.2 mcg/kg/min. La infusión debe ajustarse cuidadosamente según la monitorización del grado de bloqueo neuromuscular (por ejemplo, con un monitor de tren de cuatro estímulos - TOF).

Dosis Pediátricas

El vecuronio es seguro y efectivo en pacientes pediátricos, aunque las dosis pueden variar ligeramente y la duración de acción puede ser más prolongada en neonatos e infantes debido a inmadurez de la función hepática y renal.

  • Intubación (Neonatos y Lactantes < 1 año): 0.08 a 0.1 mg/kg IV. El inicio de acción puede ser ligeramente más lento y la duración más prolongada.

  • Intubación (Niños > 1 año): 0.08 a 0.1 mg/kg IV. El perfil farmacodinámico es similar al de los adultos.

  • Mantenimiento (Pediátrico): Bolos de 0.01 mg/kg o infusión continua de 1.2 a 1.8 mcg/kg/min, ajustando según respuesta y monitorización.

Ajustes de Dosis en Condiciones Clínicas Especiales

  • Insuficiencia Renal: En pacientes con insuficiencia renal significativa (TFG < 30 mL/min), la depuración del vecuronio y su metabolito activo (3-desacetilvecuronio) puede verse reducida, lo que prolonga la duración del bloqueo neuromuscular. Se recomienda iniciar con la dosis estándar para intubación, pero utilizar dosis de mantenimiento reducidas y espaciadas, o disminuir la velocidad de infusión continua. La monitorización neuromuscular es esencial.

  • Insuficiencia Hepática: La disfunción hepática grave (cirrosis, hepatitis aguda severa) reduce la depuración del vecuronio debido a la alteración del metabolismo hepático y la excreción biliar. Esto puede prolongar significativamente la duración de acción. Se recomienda una reducción de la dosis de mantenimiento y un monitoreo estricto. La dosis inicial para intubación usualmente no requiere ajuste, pero la recuperación puede ser más lenta.

  • Obesidad: En pacientes obesos, la dosificación debe basarse en el peso corporal ideal (PCI) para evitar la sobredosificación, ya que el vecuronio se distribuye en la masa magra. Si se utiliza el peso corporal total (PCT), la dosis real de vecuronio puede ser excesiva, prolongando la duración de acción.

  • Edad Avanzada (Geriatría): Los pacientes geriátricos pueden tener una depuración renal y hepática disminuida, así como una mayor sensibilidad a los BNM. Si bien la dosis inicial de intubación suele ser la misma, la duración del bloqueo puede ser más prolongada. Se recomienda la monitorización cuidadosa y la reducción de las dosis de mantenimiento.

  • Quemaduras Graves: Pacientes con quemaduras extensas (>25% de la superficie corporal) pueden desarrollar resistencia a los BNM no despolarizantes debido a una proliferación de receptores nicotínicos inmaduros. En estos casos, pueden requerirse dosis más altas de vecuronio, aunque este fenómeno es más pronunciado con BNM de acción prolongada.

  • Hipotermia: La hipotermia reduce el metabolismo y la depuración del vecuronio, prolongando significativamente su duración de acción. Se deben ajustar las dosis y monitorear el bloqueo neuromuscular.

  • Tratamientos Concomitantes: Ciertos medicamentos pueden potenciar o antagonizar el efecto del vecuronio (ver sección de interacciones medicamentosas).

Monitorización del Bloqueo Neuromuscular

La monitorización objetiva del bloqueo neuromuscular con un monitor de tren de cuatro estímulos (TOF) es fundamental para optimizar la dosificación, minimizar el riesgo de parálisis residual postoperatoria (PRPO) o prolongación del efecto, y guiar la reversión. El objetivo es mantener 0-1 de 4 respuestas en el TOF para la intubación y para la relajación profunda durante la cirugía o ventilación mecánica. Para la recuperación, se busca un TOF de 0.9 o superior.


Fisiopatología Relacionada con su Uso

La utilidad del vecuronio en urgencias se basa en su capacidad para modular la fisiopatología de diversas condiciones críticas mediante la inducción de parálisis muscular.

  • Insuficiencia Respiratoria Aguda y Vía Aérea Comprometida:

    • Fisiopatología: En pacientes con insuficiencia respiratoria severa (ej. SDRA, asma/EPOC grave, neumonía severa con hipoxemia refractaria), la musculatura respiratoria accesoria y el diafragma pueden estar agotados. La taquipnea y el trabajo respiratorio elevado aumentan el consumo de oxígeno y pueden exacerbar la hipoxia y la acidosis respiratoria. Además, un reflejo nauseoso activo, la presencia de vómito o la disminución del nivel de conciencia aumentan el riesgo de aspiración durante la intubación.

    • Intervención del Vecuronio: El vecuronio induce parálisis de la musculatura laríngea, faríngea y respiratoria, lo que permite una intubación orotraqueal rápida y sin riesgo de laringoespasmo o aspiración. Al abolir el esfuerzo respiratorio espontáneo, facilita la ventilación mecánica controlada, reduce el trabajo respiratorio, disminuye el consumo de oxígeno de los músculos respiratorios y optimiza el intercambio gaseoso, permitiendo la implementación de estrategias ventilatorias protectoras pulmonares. Al prevenir la tos y el pujo, también ayuda a mantener la estabilidad hemodinámica y a prevenir aumentos deletéreos de la presión intracraneal.

  • Estado Epiléptico Refractario:

    • Fisiopatología: Las convulsiones prolongadas en el estado epiléptico son el resultado de una actividad neuronal hiperexcitable y sincrónica excesiva en el cerebro. Las manifestaciones motoras (convulsiones tónico-clónicas) no son solo un síntoma, sino que contribuyen a complicaciones graves como rabdomiólisis, hipertermia, acidosis metabólica severa, y agotamiento neuronal que puede conducir a daño cerebral permanente. Aunque el bloqueo neuromuscular no detiene la actividad cerebral epiléptica, la actividad motora incontrolada impide la ventilación adecuada y la monitorización precisa del EEG.

    • Intervención del Vecuronio: El vecuronio interrumpe la transmisión neuromuscular, eliminando las manifestaciones motoras de las convulsiones. Esto permite al médico controlar la vía aérea, ventilar al paciente eficazmente, y reducir el riesgo de lesiones físicas secundarias (ej., trauma, rabdomiólisis, hipertermia). Además, al suprimir el artefacto muscular en el EEG, facilita la interpretación del trazado y la titulación de los medicamentos antiepilépticos para controlar la actividad eléctrica cerebral. Es crucial recordar que el vecuronio solo enmascara las convulsiones motoras y no las detiene a nivel cerebral; por lo tanto, el tratamiento etiológico con anticonvulsivantes es primordial.

  • Traumatismo Craneoencefálico (TCE) Grave:

    • Fisiopatología: En el TCE grave, el objetivo principal es prevenir la lesión cerebral secundaria, que a menudo es causada por hipoxia, hipercapnia, hipotensión e hipertensión intracraneal (HIC). La tos, el pujo o la agitación durante la intubación o los procedimientos pueden aumentar drásticamente la presión intratorácica y, por lo tanto, la presión venosa cerebral, elevando la TIC y comprometiendo la perfusión cerebral.

    • Intervención del Vecuronio: Al asegurar una intubación atraumática y una relajación muscular completa, el vecuronio previene la tos y el pujo asociados con la manipulación de la vía aérea. Esto ayuda a mantener la presión intracraneal estable y a optimizar la presión de perfusión cerebral. Además, al facilitar la ventilación mecánica controlada, permite una manipulación precisa de la PaCO2 para manejar la HIC, si es necesario, y asegura una oxigenación cerebral adecuada.

En resumen, el vecuronio actúa en la interfaz neuromusculares para interrumpir la cascada fisiopatológica de condiciones críticas al permitir una intubación segura y una ventilación mecánica eficaz, así como al prevenir las consecuencias deletéreas de la actividad muscular incontrolada.


Reacciones Adversas y Contraindicaciones

El vecuronio, como todo fármaco potente, no está exento de riesgos. Es crucial que los médicos de urgencias estén familiarizados con su perfil de seguridad.

Reacciones Adversas

El vecuronio es conocido por su buen perfil cardiovascular y una baja incidencia de liberación de histamina, lo que lo hace particularmente útil en pacientes hemodinámicamente inestables. Sin embargo, puede causar:

  • Cardiovasculares:

    • Hipotensión: Aunque menos común que con la succinilcolina o el rocuronio a dosis altas, la hipotensión puede ocurrir, especialmente en pacientes hipovolémicos o con disfunción ventricular izquierda, debido a la venodilatación o a la supresión de los reflejos simpáticos.

    • Taquicardia/Bradicardia: Raras. El vecuronio tiene efectos vagolíticos o simpaticomiméticos mínimos directos. Sin embargo, puede haber taquicardia refleja secundaria a la hipotensión. La bradicardia puede ocurrir en el contexto de la administración concomitante de opiáceos o sedantes.

  • Respiratorias:

    • Apnea Prolongada: La reacción adversa más significativa es la prolongación del bloqueo neuromuscular más allá de la duración esperada, lo que resulta en una apnea prolongada y requiere ventilación mecánica asistida o reversión farmacológica. Esto es más probable en pacientes con insuficiencia renal o hepática, hipoalbuminemia, desequilibrios electrolíticos (hipopotasemia, hipocalcemia, hipermagnesemia), acidosis, o uso concomitante de ciertos medicamentos.

    • Broncoespasmo: Muy raro, dado que el vecuronio tiene una liberación de histamina insignificante.

  • Musculares:

    • Debilidad Muscular Residual: Posible, especialmente si no se monitorea el bloqueo neuromuscular o no se revierte adecuadamente. Esto puede manifestarse como dificultad para deglutir, disfonía, o debilidad de los músculos respiratorios, aumentando el riesgo de aspiración y atelectasias.

    • Miocardiopatía/Neuropatía por Esteroides/BNM: En pacientes críticos, especialmente aquellos en unidades de cuidados intensivos que reciben corticosteroides concomitantemente y BNM por periodos prolongados, se ha reportado una miopatía grave y prolongada.

  • Reacciones de Hipersensibilidad:

    • Anafilaxia: Aunque rara, es una reacción grave que puede manifestarse con urticaria, angioedema, broncoespasmo severo, e inestabilidad hemodinámica. Puede ocurrir con cualquier BNM y requiere manejo inmediato con epinefrina, antihistamínicos y corticoides. La incidencia es muy baja pero debe ser considerada.

  • Otros:

    • Hipertermia Maligna: El vecuronio, al ser un BNM no despolarizante, no desencadena la hipertermia maligna, a diferencia de la succinilcolina. Esto lo convierte en una opción segura en pacientes con antecedentes personales o familiares de esta condición.

Contraindicaciones

  • Hipersensibilidad conocida: A vecuronio, a otros bloqueadores neuromusculares o a cualquiera de los excipientes de la formulación.

  • Pacientes con riesgo de vía aérea difícil no anticipada y sin personal/equipo adecuado para intubación: Aunque no es una contraindicación farmacológica per se, la incapacidad de asegurar una vía aérea después de la administración de un BNM es una contraindicación relativa en el contexto de urgencias. El vecuronio debe ser administrado solo por personal entrenado en el manejo de la vía aérea y con equipo completo de reanimación disponible.

Precauciones Especiales en Poblaciones Vulnerables

  • Embarazo: Categoría C de riesgo en el embarazo. No se han realizado estudios adecuados y bien controlados en mujeres embarazadas. El vecuronio no se metaboliza significativamente por las colinesterasas plasmáticas, lo que reduce el riesgo de transferencia placentaria y efectos en el feto. Sin embargo, debe usarse solo si el beneficio justifica el riesgo potencial para el feto.

  • Lactancia: No se sabe si el vecuronio se excreta en la leche materna. Se recomienda precaución y considerar interrumpir la lactancia durante un breve período tras la administración.

  • Insuficiencia Renal y Hepática: Como se mencionó en la sección de dosificación, la depuración del vecuronio y sus metabolitos se reduce significativamente en estas condiciones, lo que puede prolongar el efecto del bloqueo. Se requiere monitorización cuidadosa y ajuste de dosis.

  • Geriatría: Los pacientes mayores pueden ser más sensibles a los efectos de los BNM y tener una depuración reducida. La dosis inicial para intubación puede ser la misma, pero las dosis de mantenimiento deben ser conservadoras.

  • Enfermedades Neuromusculares: Pacientes con miastenia gravis, síndrome de Eaton-Lambert u otras enfermedades que afecten la unión neuromuscular son extremadamente sensibles a los BNM no despolarizantes. Incluso dosis bajas de vecuronio pueden producir un bloqueo prolongado y profundo. El uso está contraindicado o requiere una reducción drástica de la dosis y monitorización neuromuscular continua.

  • Desequilibrios Electrolíticos: La hipopotasemia, hipocalcemia e hipermagnesemia pueden potenciar o prolongar el efecto de los BNM. La acidosis respiratoria y metabólica también puede prolongar el bloqueo.

  • Hipotermia: La reducción de la temperatura corporal disminuye el metabolismo y la excreción del vecuronio, prolongando significativamente su duración de acción.

  • Quemaduras Graves: Pacientes con quemaduras extensas pueden mostrar resistencia a los BNM no despolarizantes, requiriendo dosis más altas.


Interacciones Medicamentosas

Las interacciones farmacológicas pueden alterar la potencia y duración del vecuronio, lo que es crucial en el entorno de urgencias donde la polifarmacia es común.

Potenciación del Bloqueo Neuromuscular

  • Anestésicos Inhalatorios: Halotano, isoflurano, sevoflurano, desflurano. Estos agentes potencian el efecto de los BNM no despolarizantes de manera dosis-dependiente y prolongan su duración de acción.

  • Antibióticos:

    • Aminoglucósidos (gentamicina, tobramicina, amikacina): Interfieren con la liberación de acetilcolina y la función de los canales de calcio presinápticos, potenciando el bloqueo.

    • Polimixinas (colistina): Similar mecanismo a los aminoglucósidos.

    • Tetraciclinas, lincomicina, clindamicina, macrólidos (eritromicina, azitromicina): También pueden potenciar el efecto.

  • Antiarrítmicos: Quinidina, procainamida, lidocaína IV, propranolol. Pueden tener efectos depresores sobre la unión neuromuscular.

  • Bloqueadores de los Canales de Calcio: Verapamilo, diltiazem. Pueden reducir la liberación de acetilcolina.

  • Diuréticos: Furosemida, diuréticos tiazídicos. Pueden inducir hipopotasemia, que potencia el bloqueo.

  • Sales de Magnesio: La hipermagnesemia inhibe la liberación de acetilcolina y la excitabilidad de la membrana muscular, potenciando el efecto.

  • Corticosteroides: El uso concomitante de BNM y corticosteroides por periodos prolongados puede precipitar una miopatía prolongada y grave.

  • Litio: Puede prolongar el bloqueo neuromuscular.

  • Dantroleno: Relajante muscular directo, puede potenciar el efecto.

  • Agentes de Contraste Yodados: Rara vez se ha reportado potenciación.

Antagonismo del Bloqueo Neuromuscular

  • Anticolinesterásicos: Neostigmina, piridostigmina, edrofonio. Estos fármacos inhiben la acetilcolinesterasa, aumentando la concentración de acetilcolina en la unión neuromuscular, lo que compite con el vecuronio y revierte su efecto.

  • Sugammadex: Este fármaco es un agente de reversión selectivo de BNM que encapsula al vecuronio (y rocuronio) en el plasma, reduciendo rápidamente su concentración libre en la unión neuromuscular y revirtiendo el bloqueo de manera eficaz. Es particularmente útil en casos de bloqueo profundo o cuando se necesita una reversión rápida.

  • Fenitoína, Carbamazepina: El uso crónico de estos anticonvulsivantes puede inducir un aumento de la depuración hepática de algunos BNM (aunque menos pronunciado con vecuronio que con rocuronio o pancuronio), lo que puede acortar la duración de acción y requerir dosis más altas.

  • Sales de Calcio: La administración de calcio puede antagonizar la potenciación del bloqueo causada por el magnesio.

  • Inhibidores de la Proteasa (ej., ritonavir): Algunos informes sugieren una posible reducción del efecto de BNM no despolarizantes.

Consideraciones Clínicas

  • Siempre se debe preguntar sobre la medicación concomitante del paciente antes de administrar vecuronio en urgencias.

  • La monitorización del bloqueo neuromuscular es fundamental cuando se sospechan interacciones que puedan alterar el efecto del vecuronio.

  • En pacientes que reciben aminoglucósidos o magnesio, se puede considerar una dosis reducida de vecuronio.


Casos Clínicos Ilustrativos

Aquí se presentan dos casos hipotéticos para ilustrar el uso del vecuronio en el servicio de urgencias.

Caso Clínico 1: Insuficiencia Respiratoria Aguda y TCE Grave

Contexto: Paciente masculino de 45 años, previamente sano, que sufre un accidente automovilístico de alta velocidad. Es traído al servicio de urgencias con una escala de coma de Glasgow (GCS) de 7 (E1V2M4), taquipnea (FR 35 rpm), uso de musculatura accesoria, y retracciones intercostales. Presenta traumatismo craneoencefálico con evidencia de fractura craneal en TAC inicial, hemotórax derecho y fracturas costales. La saturación de oxígeno es del 85% con mascarilla de no reinhalación a 15 L/min. El equipo de urgencias decide intubación orotraqueal de secuencia rápida para proteger la vía aérea, optimizar la ventilación y controlar la presión intracraneal.

Intervención: Tras la preoxigenación con oxígeno al 100%, se administran fármacos para la inducción: fentanilo 100 mcg IV para analgesia y atenuación de la respuesta al estrés de la intubación, seguido de propofol 150 mg IV para sedación. Inmediatamente después, se administra vecuronio 8 mg (0.1 mg/kg) en bolo IV.

Evolución: A los 2.5 minutos de la administración de vecuronio, el paciente presenta parálisis completa, permitiendo una intubación orotraqueal atraumática con un tubo de 8.0 mm con balón. Se confirma la posición del tubo por capnografía y auscultación bilateral. La ventilación mecánica se inicia con parámetros protectores pulmonares. El paciente no presentó tos ni pujo durante el procedimiento, lo que ayudó a mantener la estabilidad de la presión arterial y, presumiblemente, la presión intracraneal. Se inició sedación continua con midazolam y se trasladó a UCI para monitorización y manejo del TCE y traumatismos asociados.

Desenlace: El paciente permaneció intubado y ventilado durante varios días. La parálisis inicial facilitó el manejo de la vía aérea y el control de la ventilación. La ausencia de efectos hemodinámicos significativos del vecuronio fue crucial dada la inestabilidad potencial del paciente con TCE y hemotórax.

Caso Clínico 2: Estado Epiléptico Refractario

Contexto: Paciente femenina de 28 años con antecedente de epilepsia, que es traída a urgencias por convulsiones tónico-clónicas continuas de 45 minutos de duración, a pesar de haber recibido dos dosis de lorazepam IV y una dosis de fenitoína IV prehospitalariamente. En urgencias, continúa convulsionando, presentando riesgo de injuria cerebral, rabdomiólisis e inestabilidad hemodinámica. Se diagnostica estado epiléptico refractario y se decide proceder con intubación y ventilación mecánica para control de la vía aérea y titulación de sedación profunda.

Intervención: Después de una preoxigenación adecuada, se administra una dosis de carga de levetiracetam IV y una infusión de midazolam para la sedación. Sin embargo, las convulsiones motoras continúan siendo vigorosas, impidiendo una ventilación adecuada y generando riesgo de trauma. Se decide relajar a la paciente para facilitar la intubación y permitir la monitorización EEG sin artefactos musculares. Se administra vecuronio 7 mg (0.1 mg/kg) en bolo IV.

Evolución: A los 3 minutos de la administración del vecuronio, las convulsiones motoras cesan por completo. Esto permite una intubación orotraqueal sin complicaciones. Se inicia ventilación mecánica controlada. Se conecta a la paciente a un monitoreo continuo de EEG, lo que confirma que la actividad epiléptica cerebral subsistía a pesar de la ausencia de convulsiones motoras. Esto permitió la titulación escalonada de las infusiones de midazolam y propofol hasta lograr la supresión de los patrones epileptiformes en el EEG.

Desenlace: La paciente fue trasladada a la UCI, donde se manejó su estado epiléptico con sedación profunda guiada por EEG. El vecuronio fue fundamental para garantizar la seguridad de la vía aérea y permitir la monitorización precisa del cerebro, elementos críticos para el manejo exitoso de su condición.


Comparación con Medicamentos Alternativos

En el ámbito de los bloqueadores neuromusculares para intubación en urgencias, el vecuronio compite principalmente con la succinilcolina y el rocuronio. La elección depende de varios factores: el estado clínico del paciente, la duración de acción deseada, las comorbilidades, y la disponibilidad de agentes de reversión.

Característica

Bromuro de Vecuronio

Succinilcolina

Bromuro de Rocuronio

Clase Farmacológica

Bloqueador neuromuscular no despolarizante (BNMND)

Bloqueador neuromuscular despolarizante (BNMD)

Bloqueador neuromuscular no despolarizante (BNMND)

Inicio de Acción

Intermedio (2-4 min)

Muy rápido (30-60 seg)

Rápido (60-90 seg)

Duración de Acción

Intermedia (25-40 min)

Ultra-corta (5-10 min)

Intermedia (30-60 min a dosis estándar)

Metabolismo/Elim.

Hepático (desacetilación), biliar/renal

Plasmático (pseudocolinesterasa), renal

Hepático (mínimo), biliar/renal

Efectos CV

Mínimos (no liberación de histamina, estabilidad hemodin.)

Puede causar bradicardia/taquicardia, arritmias, hiperkalemia

Mínimos (puede liberar algo de histamina a dosis altas)

Liberación Histam.

Insignificante

Mínima

Baja a moderada (dosis dependiente)

Efectos Secundarios

Apnea prolongada (insuf. hep/renal), miopatía (uso prolongado con corticoides)

Hiperkalemia, bradicardia, fasciculaciones, mialgias, aumento PIO/PIC/PGA, hipertermia maligna, anafilaxia

Apnea prolongada (insuf. hep/renal), miopatía (uso prolongado con corticoides)

Reversión

Anticolinesterásicos (Neostigmina), Sugammadex

Recuperación espontánea (no hay antídoto directo)

Anticolinesterásicos (Neostigmina), Sugammadex

Costo

Moderado

Bajo

Moderado-Alto

Uso en Urgencias

Preferido en pacientes hemodinámicamente inestables, insuficiencia renal/hepática. Permite reversión con Sugammadex.

Intubación de secuencia rápida por su rapidez. Cautela en hiperkalemia, TCE, quemados.

Preferido para IOT rápida si succinilcolina está contraindicada. Rápido inicio, duración intermedia, reversible con Sugammadex.

Análisis Comparativo

  • Velocidad de Inicio: La succinilcolina sigue siendo el BNM más rápido para la intubación de secuencia rápida (ISR) debido a su inicio de acción de 30-60 segundos. Sin embargo, su uso está limitado por su perfil de seguridad, incluyendo el riesgo de hiperkalemia (crítica en pacientes con insuficiencia renal crónica, quemaduras extensas, traumatismos masivos, lesión por aplastamiento), bradicardia, aumento de la presión intraocular (PIO), la presión intracraneal (PIC) y la presión intragástrica (PGA), y la capacidad de desencadenar hipertermia maligna en individuos susceptibles.

  • Perfil de Seguridad: El vecuronio se destaca por su estabilidad hemodinámica y la mínima liberación de histamina, lo que lo convierte en una opción más segura en pacientes con enfermedad cardiovascular preexistente, hipovolemia o reacciones alérgicas. A diferencia de la succinilcolina, no aumenta el potasio sérico ni desencadena hipertermia maligna. Sin embargo, su inicio de acción es más lento que el de la succinilcolina.

  • Rocuronio: El rocuronio ofrece un compromiso interesante: su inicio de acción es más rápido que el vecuronio (aproximadamente 60-90 segundos, similar a succinilcolina a dosis altas), lo que lo hace una alternativa sólida para la ISR cuando la succinilcolina está contraindicada. Además, al igual que el vecuronio, es un BNM no despolarizante y es reversible con sugammadex. El rocuronio tiene una duración de acción ligeramente más larga que el vecuronio con dosis equivalentes de intubación.

  • Reversibilidad: La disponibilidad de sugammadex ha revolucionado el manejo de los BNM no despolarizantes. Este agente permite una reversión rápida y completa del vecuronio y rocuronio, lo que confiere una ventaja de seguridad significativa, especialmente cuando se necesita una recuperación rápida o se presentan efectos prolongados. No existe un antídoto directo para la succinilcolina; su recuperación es espontánea y dependiente de la pseudocolinesterasa plasmática.

Preferencias según Guías Clínicas (Actualizadas a 2025)

Las guías como las de la American Society of Anesthesiologists (ASA) y las de ACLS/ATLS reconocen que tanto la succinilcolina como los BNM no despolarizantes de acción rápida (rocuronio y vecuronio a dosis elevadas) son aceptables para la intubación de secuencia rápida.

  • En la mayoría de las situaciones de ISR donde no hay contraindicaciones, la succinilcolina sigue siendo el agente de elección debido a su velocidad de inicio.

  • Cuando la succinilcolina está contraindicada (ej. riesgo de hiperkalemia, quemaduras, antecedentes de hipertermia maligna), el rocuronio es a menudo el preferido por su rápido inicio, aunque se administre a dosis más altas.

  • El vecuronio es una excelente alternativa cuando el tiempo de inicio ligeramente más prolongado es aceptable o cuando se busca un perfil cardiovascular particularmente estable. Es una opción robusta para pacientes hemodinámicamente frágiles o con disfunción hepática/renal, siempre y cuando se monitoree cuidadosamente la duración del efecto.

  • La disponibilidad de sugammadex inclina la balanza a favor del rocuronio y el vecuronio en situaciones donde la reversión rápida es una prioridad.

La decisión final debe ser individualizada y basada en la experiencia del clínico, las características del paciente y el contexto específico de la urgencia.


Conclusión

El bromuro de vecuronio se mantiene como un medicamento esencial y de alto valor en la medicina de urgencias, particularmente en su papel como facilitador de la intubación orotraqueal en secuencia rápida y en el control de la actividad muscular en diversas condiciones críticas. Su perfil farmacocinético y farmacodinámico, caracterizado por una duración de acción intermedia, mínimos efectos cardiovasculares y una baja incidencia de liberación de histamina, lo posiciona como una opción segura y eficaz para un amplio espectro de pacientes, incluyendo aquellos con compromiso hemodinámico.

La comprensión exhaustiva de su mecanismo de acción a nivel de la unión neuromuscular, sus indicaciones precisas en escenarios de urgencias (desde la insuficiencia respiratoria aguda hasta el estado epiléptico refractario), y la dosificación adecuada, incluyendo los ajustes en poblaciones vulnerables como pacientes con insuficiencia renal o hepática, son imperativos para el médico de urgencias. Asimismo, la conciencia de sus posibles reacciones adversas, como la prolongación del bloqueo neuromuscular, y las interacciones medicamentosas con agentes comunes en el entorno de urgencias, son cruciales para garantizar un uso seguro y eficaz.

En comparación con alternativas como la succinilcolina y el rocuronio, el vecuronio ofrece un equilibrio entre un inicio de acción razonablemente rápido y un perfil de seguridad cardiovascular superior. La creciente disponibilidad y el uso del sugammadex como agente de reversión selectivo han mejorado significativamente la seguridad de los bloqueadores neuromusculares no despolarizantes, incluyendo el vecuronio, al permitir una reversión rápida y predecible del bloqueo.

Mirando hacia el futuro, la investigación continua en el campo de los bloqueadores neuromusculares y sus agentes de reversión se centra en el desarrollo de fármacos con perfiles aún más optimizados en términos de velocidad de inicio, duración de acción y biodegradabilidad, así como en la expansión de las indicaciones para los agentes de reversión selectivos. Sin embargo, el vecuronio, con su historial probado y su versatilidad, seguirá siendo un pilar fundamental en la gestión de la vía aérea y la parálisis muscular en el servicio de urgencias, un testimonio de su importancia en la atención del paciente crítico.


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